El concepto de responsabilidad personal
Soy responsable de mí misma.
Eso me vuelve poderosa.
Yo decido mi actitud ante los acontecimientos de la vida. Yo decido qué caminos recorrer para cambiar esos acontecimientos. Yo decido a qué le doy importancia y a qué no.
Es una cosa curiosa porque uno se hace responsable de uno mismo a madrazos, porque es lo que toca... y entonces es fácil “responsabilizarse” caricaturizadamente, por necesidad, sin ganas, como por imposición y, obviamente, sin disfrutarlo.
Reparé en que pagarse las cuentas no es sinónimo de ser auténticamente responsable.
La responsabilidad es un poder inmenso... ¿por qué no honrarnos a nosotros mismos siendo responsables de verdad? ¿Por qué seguir jugando a “ser responsables” mientras nos deshacemos por vivir en automático sin auténtica responsabilidad y consciencia?
Subrayo la consciencia, según yo enfatizando la segunda acepción de la definición de la RAE, porque es lo más consistente al concepto de responsabilidad que tengo en mente. No me voy por la primera porque una obligación es una atadura y, en tanto que tal, sería una limitación más que un poder. Al contrario, creo que al ser consciente, se pone cuidado y atención y se responde por uno mismo con gusto.
Hablo de responsabilidad personal refiriéndome a la responsabilidad sobre mi propio ser. Que es, a fin de cuentas, lo único sobre lo que verdaderamente se tiene control y, en consecuencia, aquello donde puedo tengo más oportunidades de obtener los resultados que deseo.
Ser feliz mientras se pagan las cuentas, elegir qué cuentas se pagan y por qué, hacer lo necesario para no vernos obligados a pagar aquellas que nos generen malestar. Eso, creo hoy por hoy, eso es ser responsable de uno mismo. Y no estoy hablando solo de "cuentas" económicas, también emocionales e incluso físicas.
Pensemos en el pago de impuestos; sería un contraejemplo para lo que acabo de decir, porque no puedo solo elegir no pagarlas y sentirme responsable y definitivamente si dijera que soy feliz pagándolos me tomarán por loca. Lamentablemente no solemos ver reflejado en el desarrollo de nuestro entorno el efecto de ese pago (a veces porque lo ignoramos y a veces por las malas administraciones); sin embargo, es posible sentirse bien sabiendo que uno paga sus impuestos como buen ciudadano y que podrá dormir con la consciencia tranquila ante una auditoría... eso es lo que nos debería generar disfrute al pagar los impuestos. Haciéndolo a tiempo para evitar pagar multas o recargos.
Concretamente, me refiero a que cuando algo es necesario lo entiendo, lo asumo y lo disfruto.
Pero hay un montón de cosas en las que gastamos, como dije antes, no solo dinero, sino tiempo y esfuerzo, que no son necesarias, que nos molestan y que podríamos cambiar, pero no lo hacemos porque “somos responsables”.
Oopsi. Creo que eso es caer en la trampa de la falsa responsabilidad que, precisamente, es lo más irresponsable de todo.
Reflexiono en eso a raíz de que tuve que pagar un elevado costo de esfuerzo para levantarme temprano. Es necesario, pero es algo que no he sabido asumir. Que en verdad me cuesta, me significa y me molesta. Hoy es mi tercer día con una nueva rutina matutina (después, según la vea funcionar, les hablaré al respecto).
Reflexiono con el objetivo de hacer consciente el pago que realizo, física y emocionalmente, para redistribuir mis egresos en ese sentido. Para ser responsable de ellos y poder disfrutar aquellos que elija mantener. Ya sea como inversiones en el corto, mediano o muy largo plazo.
Te invito a reflexionar... ¿disfrutas aquello en lo que inviertes? ¿eres responsable de ti o solo juegas a ser responsable poniéndote pretextos para no serlo de verdad?
Con cariño,
∞ Miss Pili ∞